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martes, 19 de octubre de 2010

Sin título

Sentada en un banco, mientras te espero. El sol me da en la cara, y aunque no llevo gafas de sol, me gusta.

Mientras veo caer el agua de la fuente, y la gente pasa, me pregunto. ¿Qué hago aquí?

Hago una lista de los pros y contras de quedar contigo, y no hay pros, ni tampoco contras.

Ya no queda nada, sólo indiferencia.

Probablemente, los motivos que me han hecho venir sólo los conoce mi subconsciente, o tal vez, intento demostrarme que todo ha servido para algo, que al menos, no has desaparecido, pero ya no me importa.

Hubo un tiempo en el que habría pagado por este momento, pero ya no lo quiero. Supongo que cuando algo se rompe, nada puede pegarlo.

Abro el bolso, cojo el móvil, me invento una excusa, y te mando un sms.

Quién sabe, lo mismo el destino nos hace coincidir alguna vez, mejor no forzarlo.


Últimamente intentan volver a mi vida demasiadas personas, personas que en su momento me costó mucho olvidarlas. No cierro las puertas, pero tampoco las abro del todo. Están encajadas.

2 comentarios:

Oihane dijo...

Las puertas se quedan atrancadas por algo. En cualquier caso, date tiempo y ábrelas solo cuando creas que todo lo que vaya a cruzar el umbral será positivo
Animo!

Unknown dijo...

Siempre te lo digo: haz sólo lo que realmente te apetezca. No dejes que nadie decida por ti y si hay personas a las que te esforzaste por olvidar, por algo sería...
I love you!!