Hace aproximadamente mes y medio o dos meses,se decidió ir a Londres de vacaciones. Lo sé, los que me conocen dirán, "¿Otra vez?", pero, es que es taaaaaan maravillosa esta ciudad.
Llevo años enamorada de ella, de siempre, y no me canso de visitarla.
Me lo he tomado como un nuevo comienzo, y creo que funciona. Antes de irme reflexioné bastante sobre muchas cosas, me di cuenta de otras muchas, y puse fin a muchas otras. Además, estar una semana sin parar, con tu ciudad favorita y tu chico favorito no tiene precio.
Esta vez volví a la misma calle que la última vez "Earls Court", un sitio muy apañado, con muchos restaurantes, un metro con dos líneas de las importantes al lado, y justo en el límite de las zonas 1 y 2.
He probado comida nueva y no tan nueva, Cherry Coke (Piruleta en coca cola), Fish&Chips, he comprado ropa, música, libros, cómics e incluso un regalo decente a mi hermana.
He visto un cuadro de Warhol, al grupo de música de los violines de Covent Garden, he comido mucho Sushi, he ido a una hamburquesería tipo Grease, y he encontrado un peluche de Ponyo. He visto pingüinos, ha llovido con la típica lluvia inglesa, he comido M&M's, crucé Abbey Road y escribí en el muro.
Se me olvidaba, algunos de vosotros conoceréis la historia del Leprechaun de hace dos años, bueno, pues lo he repetido, pero esta vez con un pingüino, que tiene más significado.
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