El otro día mi madre me dijo que estaba guapa, y yo la miré con cara de asco diciéndole : "No estoy guapa".
Y entonces, dijo la frase: "¿Por qué te odias?".
Y le dije que yo no me odiaba, que simplemente sabía que no estaba guapa.
En fin, que acabé reflexionando en la oscuridad de mi habitación y pensé, ¿Me odio?.
Y puede que una frase inocente, que no quería significar lo que significaba me hizo darme cuenta que era posible. Que siempre me estoy infravalorando, que me esfuerzo mucho en el trabajo, y siempre tengo miedo de hacer las cosas mal, y cuando me dicen que soy de lo mejorcito no me lo creo. Que cuando veo a la gente por la calle pienso que todos son más monos que yo, y que no creo que mi carácter y mi forma de ser sea lo suficiente molón como para gustarle a la gente.
Y así fue como me decidí a escribir mis propósitos, que más que propósitos de año nuevo son una guía de supervivencia, una guía de reinvención, porque sí, siempre digo que me reinvento, pero todos sabemos que sigo siendo la misma.
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